jueves, 6 de septiembre de 2012

Panamá

Lado bueno: Iberia nos ha patrocinado una noche gratis en Panamá y como no venimos de vacaciones no nos estresa perder un día aquí jeje

Anoche llegamos destrozados al hotel después de tantas horas fuera de un hogar. Cenamos, nos duchamos y nos acostamos a descansar rápidamente.

Antes de salir pudimos ver a Káiser y estaba muy bien. Nos acercamos a verle y acariciarle. Se puso un poco nervioso y un hombre que estaba con él nos dijo que estaba echado relajado, pero que nada mas que nos oyó se levantó y no paraba de buscarnos. Cuando me tuve que ir a hacer las gestiones, le dije que se echase y que se quedase quieto y así hizo. El pobre fue super obediente y se quedó tranquilo sin hacer ningún ruido. Me dijeron que lo tendrían en una perrera individual como el tamaño de una habitación y que le darían de comer y beber, además de sacarlo a hacer sus necesidades.

Esta mañana, desayunamos y vinimos al aeropuerto, dónde comenzó el estrés de las gestiones para káiser, aunque he de decir que tampoco es que haya resultado tedioso, además todo el que me encontraba que fuera personal relacionado con el asunto me ayudaba de buenísima gana, incluso uno que dejó lo que estaba haciendo para acompañarme en todas las gestiones asegurándose que todo saliera correcto. Con él hablé sobre la actitud de los trabajadores en Panamá, que me resulta muy parecida a la de Costa Rica. Prima la alegría entre ellos, es muy difícil ver a alguien que no este alegre, bromeando. Además la atención al cliente como he dicho mas arriba, es ESPECTACULAR. Aparte de esta impresión que me llevo, al comentarlo con el señor del que hablo más arriba, me dijo que aquí se le da muchísima importancia a la felicidad, que todos somos responsables de la felicidad de los demás, que pase lo que te pase es responsabilidad de todos parecer alegre y así se contagia ese ambiente entre todos, que si sales hoy de casa triste y te sumerges entre tanta gente feliz (o aparentemente feliz) es inevitable llegar a casa con una sonrisa. La verdad es que es lo primero que me llamó la atención de Costa Rica y es lo que más valoro de aquí y este pensamiento me recuerda esas personas que salen en los documentales de esta zona que incluso la gente pobre tiene una cara que muestra felicidad.

Eva Monge me dijo, el día que me regalaron los compañeros de Camas me regalaron "El Alquimista" de Paulo Cohelo por mi cumpleaños, que encontraría un momento en mi vida en el que me apetecería enormemente leer el libro y que si lo hago en esa época de mi vida, me encantará. Eva, te escuché, se me quedó grabado y ahora que me entran esas ganas me acuerdo de ti.

Para el que no comprenda el por qué me impresíona tanto lo que comento en el párrafo anterior, le invito a leer "Una Mochila para el Universo" de Elsa Punset y seguro que lo entendéis rápidamente, incluso es probable que sólo haga falta leer el prólogo. Siento que además de mi, otra mucha gente que conozco se ha olvidado casi por completo de preocuparse por ser feliz, hemos ido abandonando eso por pagar cosas, servicios y por el trabajo, pero ¿Dónde quedas tú? ¿Cuando empezaste a olvidarte de sentirte feliz?. Espero tener éxito con mi intención de cambiar el chip aquí, aunque ya hay algún costarricense que otro que me advirtió que no es la tierra sino la actitud de las personas que la habitan, así que pondré todo de mi parte para descubrir ese estilo de vida (nuevo para mi aunque siempre he tenido claro que es el que quiero para mi).

Ahora mismo estamos a poco de despegar.

2 comentarios:

  1. Lo que cuentas en esta entrada me mola mucho :D
    Me alegra que la experiencia no haya sido finalmente nada mala, al fin y al cabo ya puedes decir que has conocido Panamá jeje

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  2. @-Edu-

    Y los rascacielos jeje, allí crisis no había, están construyendo por toooodas partes

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