domingo, 2 de septiembre de 2012

Con la casa a cuestas

Ayer, mi ultimo día en España, hasta vete tu a saber cuando, fue una jornada de estrés, con accidente incluido. Un comienzo con mal pie y nunca mejor dicho. Mientras cargaba el coche, una bicicleta que estaba junto a éste, cayó sobre el tercer dedo del pie izquierdo, partiéndome en dos la uña horizontalmente, una gracia.... 

Después de un rato quejándome como una bestia de lo que dolía eso, me quedé dormido y desperté poco después por esa sensación tan mala que le entra a uno cuando te chorrea sangre por el pie sin darte cuenta. Me lo vendé (ya no me dolía) y al lío, a termina de alimentar el sentimiento de abandono de lo que he conocido siempre, de lo que quiero (incluso amo), respeto y me hace sentir confortable. Por contra, las maravillas que espero conocer, aprender a querer (incluso a amar) y respetar, me desvelarán un nuevo estado que espero aún más confortable.

Muchos me han deseado suerte en estos días y dicen confiar en que me irá bien. Sólo puedo decir GRACIAS y que no pienso traicionar esa confianza jeje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario