Como propósito de año nuevo, me he propuesto escribir con una periodicidad casi diaria, cosa que espero cumplir jeje.
Aquí, por lo visto, lo normal es esperar el final del año escuchando la radio y celebrarlo con fuegos artificiales cuando llegue. Todo el que puede (y quiere) se va a esperarlo a la playa (imaginad la que se tiene tiene que liar y lo impresionante que tiene que ser. Para el próximo 31/12 os cuento jeje).
En esta ocasión ha sido con uvas y con la radio, en la casa de la montaña. Fué impresionante, porque como se ve el valle central, casi entero, os podéis imaginar lo increíble que es ver todo iluminado por los fuegos artificiales que lanzaban por todas partes. En casi todas las casas de alrededor también lanzaron fuegos, por lo que tuvimos espectáculo gratuito. Llevaba dos meses esperando verlo y el clima amenazaba con no dejarme, pero con suerte pude verlo todo bien clarito.
Al único que no le gustó fué a Káiser, que lo pasa regular con los fuegos artificiales, aunque como estábamos allí venía a buscar protección y se quedaba junto a nosotros. Cuando le agarraba del collar, se envalentonaba y se ponía a ladrar, pero con ladrido de perro cagón, que con lo expresivo que es, se le nota a leguas jeje.
El día uno, se regala un ramito pequeño de unas flores que se llaman Santa Lucía, que se meten en la cartera y se dejan ahí durante todo el año. Se secan solas y se aplastan, así que no estorban. El objetivo de conservarlas ahí es para obtener prosperidad. Ahí están las mías desde hoy y no las saco ni loco por si acaso jaja.
Os adjunto una foto de las flores:
Tengo chorromil cosas anotadas que he ido apuntando, desde que escribí por última vez, con la intención de postraras en el blog, pero como todos sabéis, nunca las puse jaja. Así que, tengo material para un par de semanas como poco.
Como acostumbraba las últimas veces que escribí, avisaré por Facebook cada vez que añada nuevo contenido.
Un abrazo a todos!
Me alegra volver a entrar al blog y ver que hay nuevas entradas ;)
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